Una cámara voyeur graba el polvo que una pendeja preciosa recibe de un viejito. Sucede en una playa donde la gente toma sol desnuda, es un hombre mayor junto a una chica jovencita que no duda en hacerle un pete a pesar de que las personas pueden verlos. Entrega primeros planos de su ojete abierto mientras tiene la boca repleta de pija. Luego viene la cojida sin medidas recibiendo como debe ser.
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