Papi pensó que serian como las Williams, pero estas tenistas les gusta jugar con otras pelotas. Dos hermanas negras y tenistas son la esperanza del padre, quien ignora que van a las clases de tenis solo para enfiestarse con la gran poronga del profesor. Tremendas en la cama, y llevadas por la excitación se atreven a darse besos entre ellas a pesar del lazo sanguíneo. Culos bien firmes para estas dos mujeres.
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