La rubia observa la mamada con muchas ganas de armar una fiesta. La amiga tiene la boca ocupada mientras la otra, que recién llega, los mira y sonrie, esperando a que la amiga la invite a la fiesta. Enseguida arrancan las dos contra el joven que se pone duro como nunca, el ojete suavemente marrón en el medio de los cachetes de un blanco culo será una de esas cosas que mas excitan ver.
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