La espera por cojer fue tanta que le dejará la concha repleta de semen caliente. Llegó el día de sexo, tras unos cuantos días sin ponerla, los dos está muy excitados. Encima, si le sumamos que cada día tenía que verla con lencería erótica, o a veces con la remera ajustada marcando sus negros pezones. Pero llegó, y con unos masajes de entrada y usando un sexy vestido minifalda, se desnuda y le pide, tras cojer, que le tire el semen a la concha.
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