Ella reclama sexo ya que su cuerpo quiere sentir ese pito duro del marido. Mientras tranquilo está en el sofá ve acercarse a esta morocha hermosa llamada Olive Bell, quien viene preparada para una tarde de placer, la sonrisa le indica a él que está queriendo sus caricias, sentada en su falda llevó los pechos hacia él, que de inmediato subió el poullover para quedar cara a cara con los erectos pezones y tetas del tamaño de una manzana. Ya entregada se pone en posición para que disponga por donde la quiere meter, haciendo, en la primera penetración, que la joven no pare de gemir.
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